miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nunca se ganó abandonando (y II)

Como indicó S. Fell en los comentarios a la entrada anterior, el análisis del final de la partida Barlov - Teske muestra que el blanco podía conseguir las tablas con un recurso casi de final artístico:



De este modo, el GM alemán tenía razón en la valoración ajedrecística del final. En este caso, tampoco creo que un final de torres con dos peones de menos se deba abandonar, y menos en partidas semirrápidas: el defensor tiene derecho (e incluso obligación moral) de buscar todas las chances prácticas que ofrezca la posición. Por supuesto, otra cosa es que tengamos varias piezas de menos y nos dediquemos a correr como posesos con el rey cerca del reloj...

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