Dani finalizó con 5/9 y una performance un poco inferior a su Elo, en mi opinión bastante por debajo de su fuerza. Su suerte en el torneo pudo cambiar radicalmente en la segunda ronda: tras superar en la apertura a su rival, un veterano GM serbio, consiguió ganar material y simplificó a un final aparentemente sencillo. Lo que ocurrió a continuación desmiente a aquellos que piensan que en el juego del ajedrez la suerte no tiene lugar.
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