Ayer sumamos nuestra segunda ronda con triple rosco: Juan Carlos y Gabal perdieron dos finales inferiores, y el pobre Juan Carlos no pasa el corte con 1/5... Por mi parte, tampoco estoy dando precisamente grandes exhibiciones de ajedrez magistral: en la cuarta ronda me compliqué bastante una partida ganadísima, y ayer tiré a la basura un final de torres tablífero:
A la vuelta del viaje analizaré el final en más profundidad; de momento, os diré que cometí fallos gordos de cálculo y de concepto: 28...h5 la hice pensando en capturar el peón h, pero luego ví que tras 29. Ta6 Ta2?! 30.h3! permitía pasar el rey al flanco de dama, ya que si 30...e5? 31.Rh4!, y entonces, ya con poco tiempo, me decidí por el avance de los peones e y f, que pierde por un tiempo aún sin la espantosa 39...Tb1? Un método fácil para hacer tablas era llevar el rey al centro (Rf6-e5 y quizá d5), y así cuando el rey rival llegue al flanco de dama podrá apoyar el avance de los peones pasados; otra idea era 28...Rg6, para ganar un tiempo con el plan de la partida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario