En la siguiente partida, la única en la que hice más de 20 jugadas en los últimos campeonatos de España de clubes, pude defender con éxito la siguiente posición gracias a que mi rival, el duro MI portugués Sergio Rocha, cambió el segundo par de torres para ganar un peón. En este tipo de posiciones la ventaja es del que ataca, y en general no hay que permitir el cambio de piezas.
Es interesante comparar esta partida con la Larsen - Unzicker, que analizamos hace unas semanas en el blog: allí el GM danés permitió el cambio de las torres porque la dama y el alfil se bastaban para montar un ataque decisivo contra el rey rival.
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