En la primera de las posiciones que os subí el otro día el negro estaba perdido, pero los mirones no acabábamos de ver el remate. En este caso se nota que los protagonistas de la partida han trabajado más en la posición:
En la segunda posición ocurrió justo lo contrario: para el asombro de todos los que veíamos la partida, un táctico tan bueno como Enrique no vio que la torre negra había quedado encerrada en c4:
¿Cómo explicamos lo anterior? Bien, el mirón no habrá trabajado tanto como los protagonistas principales de la partida, pero tiene la ventaja de ver las cosas de un modo fresco, sin influencia de las jugadas anteriores. Por ejemplo, en este caso el mirón con buen ojo ve la torre atrapada, pero Enrique estuvo desde 33.Cc6 calculando ideas como Cd8 o líneas del estilo de "1.Ta8+ Rg7 2.Ce7 h6 3. Tg8+ Rh7 4.Th8", y el retroceso del caballo sencillamente no entró en su campo de visión.
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