A finales de 1910 Lasker volvió a poner en juego su título, esta vez frente al gran maestro de origen polaco David Janowski (1868-1927), un talentoso jugador con buen ojo para el ataque, pero poco práctico y sin la consistencia necesaria para inquietar a Lasker. Os comento la partida "decisiva" del match, antes de la cual el marcador era de 3-1 (+2 =2) para el campeón:
Lasker jugó la apertura con negligencia criminal, pero su rival fue simplemente incapaz de calcular el remate, mostrando a los ajedrecistas del futuro la diferencia abismal entre el campeón del mundo y un top-10. Tras esta dolorosa derrota Janowski prácticamente cesó su resistencia y el match finalizó con un aplastante 9.5-1.5...
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