Sigo trabajando en "Nunca olvides que... ¡tienes un rival enfrente!"(Dvoretsky, Ed. Chessy, 2013), y a medida que avanzas los ejemplos se complican más y más, y a fuerza de chocar contra ellos acabas por comprender que si te dejas todas las fichas es por no atender a las ideas del contrario. En el tercer estudio de esta serie no pude superar todas las dificultades y no vi el asombroso recurso del blanco en la variante principal:
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