En el primer tablero, una ventaja microscópica frente a Miguel Gabaldón se convirtió en un final de damas con un peón de ventaja para mis colores, tras una breve escaramuza de la que debió salir la igualdad. El finalito era bastante ganable, pero la (de por sí escasa) técnica se resiente jugando todo el rato con los 30'' del incremento:
Tras una decena de jugadas intentando ganar tiempo en el reloj, comienzo la actividad en el peor momento: 57.f4? Es mejor 57.Rh3; un plan correcto sería volver con la dama a d4, echando a su rival de la diagonal con la amenaza e4, y sólo después jugar Rh4 y avanzar el peón f. 57...Dc6 58.Dd4?? [58.g5 fxg5 59.fxg5±] 58...Dc1 y ahora no se puede evitar el perpetuo. 59.Dxd5 [Vi el siguiente fantasma: 59.g5 Dg1+ 60.Rh4 Dh2+ 61.Rg4 Dg2+ 62.Rf5!?, pero me di cuenta a tiempo del pequeño detalle 62...Dh3#] 59...De1+ 60.Rh2 Dh4+?? [Durante la partida ninguno de los dos éramos conscientes de que con 60...Df2+= la partida terminaba con jaque perpetuo; de cualquier modo el peón de rey era el que se debía eliminar, exponiendo al rey rival] 61.Rg2 Dxg4+ 62.Rf2; ahora está claro que el rey escapa a los jaques y que, tras De6, todos los peones están defendidos. El final se gana bastante fácil pero, en una mezcla de prudencia y empanada, no conseguí forzar el abandono de Miguel Ángel hasta la jugada 103...
(Mañana, el final de Alberto Glez. Merino frente a Emilio Gómez).
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